Es imposible iniciar estas crónicas de las maravillas de mi ciudad sin rendir tributo a nuestro más grande icono: la Torre de Hércules, un monumento que fue elevado a la distinción de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2009.
Aunque su origen se pierde en los anales del tiempo, se sabe con certeza que entre los siglos I y II d.C., los romanos la reconstruyeron como faro. Este monumental trabajo se atribuye al arquitecto portugués Galo Secio Lupo, cuyo nombre queda grabado en la imponente estructura.
Durante la dominación romana, la Torre de Hércules guiaba a los navegantes en la zona de Brigantium, que más tarde se convertiría en la ciudad de A Coruña, por entonces una importante zona portuaria. Su función como faro ha perdurado hasta la actualidad, sirviendo como guía para los marinos en el vasto océano.
Pero más allá de su historia tangible, la Torre de Hércules está envuelta en una fascinante leyenda. Según la tradición, el héroe mitológico Hércules llegó a estas tierras y encuentra a Gerión, un ser monstruoso y tiránico. Para liberar de su yugo a los pobladores emprende con él una épica pelea en la península donde se ubica el faro. Dura tres días y tres noches. Vence Hércules al gigante y le cercena la cabeza que entierra junto al mar. Este evento quedó inmortalizado en el escudo de A Coruña, con una calavera a los pies de la Torre.
Se cuenta que para celebrar su victoria, Hércules ordenó la construcción de una torre-faro con una gran antorcha en la cima, y además, impulsó la repoblación de la diminuta villa que se encontraba a sus pies.
También los relatos legendarios dicen que Hércules se enamoró de una bella pobladora, Crunia.
Y así, en el entorno de la majestuosa Torre de Hércules, yo misma encuentro inspiración para mis creaciones artesanales. Me encanta recoger algunas flores que crecen en sus alrededores para incorporarlas en mis joyas, añadiendo así un toque de autenticidad y conexión con la historia que envuelve a este lugar.
Estas historias, adornadas con diferentes matices y versiones, añaden un encanto especial a nuestra ciudad. Como dice el refrán, "Si non e vero, e ven trovato": si no es verdad, está bien inventado. La Torre de Hércules nos recuerda que en cada piedra y en cada leyenda, palpita la esencia eterna de nuestra historia y nuestra identidad.